Diversi贸n pura y dura. Es lo primero que responder铆a si alguien me preguntara qu茅 es lo que ofrece un juego como ‘Super Mario Odyssey’. Eso, y un maravilloso retorno a la infancia, a la capacidad de maravillarnos constantemente, a la felicidad del que sabe que se ha topado con algo de lo que no quiere desprenderse nunca m谩s. Algo por lo que olvidarse del mundo.
Me he sentido como un ni帽o.
No porque sea un juego infantil, que no lo es, sino por la capacidad de Nintendo para que cada paso que he dado en ‘Super Mario Odyssey’ estuviera acompa帽ado de un dedo se帽alando hacia el televisor; de un “¡¿has visto c贸mo mola eso?!”; de una gran risotada.
‘Super Mario Odyssey’ es pedacito de magia.
Diversi贸n, diversi贸n y m谩s diversi贸n
No he jugado a ‘Super Mario Odyssey’, lo he devorado. Lo he disfrutado solo y en compa帽铆a, en la comodidad del sal贸n de casa y en cualquier otro sitio gracias al modo port谩til. Y lo 煤nico malo que pude articular al llegar al final fue “¿ya est谩?”. Obviamente no estaba: el juego ha sido dise帽ado para ser rejugado, para que puedas quedarte un rato m谩s, todo el que quieras, para que al finalizar el viaje y te invada la inevitable sensaci贸n de vac铆o y cierta melancol铆a por esa amistad de la que debes despedirte descubras que, en realidad, lo que est谩s viviendo no es un adi贸s.
El trayecto es agradable a pesar de Bowser (y de su man铆a por raptar a Peach, con la que tiene previsto casarse se ponga como se ponga todo el mundo), de los Broodals, y de todos los seres que, muchos de ellos quiz谩s sin maldad alguna, van a intentar ponerte en aprietos una vez s铆 y otra tambi茅n.
Tienes a tu disposici贸n una nave. Una nave roja en forma de sombrero de copa, de chistera. Una nave cuyo interior, en un principio desangelado y parco en lo decorativo -aunque con un buen armario para la ropa-, ir谩s llenando de recuerdos. Recuerdos que, cual turista bigotudo y camale贸nico, podr谩s ir comprando en la tienda de turno. Souvenirs que, con el tiempo y los viajes, sin mediar palabra y s贸lo en tu interior, te dir谩n al o铆do: “¿recuerdas cuando pasaste por aqu铆? ¡Menudo l铆o armaste! :)”. Y sonreir谩s.
Super Mario Odyssey es el para铆so de los completistas y los exploradores
Con esa nave, alimentada por una serie de energilunas que te va a tocar recoger, ir谩s de un reino a otro pis谩ndole los talones a Bowser. El maldito bicho ha vuelto a hacer de las suyas y Peach, por no hablar del propio Mario, ya est谩 hasta al gorro de todo. Cada uno de los 14 reinos del juego tiene un buen n煤mero de energilunas repartidas por su geograf铆a. Algunas visibles a simple vista, otras escondidas, y otras realmente escondidas.
Recoger las necesarias para poner en marcha la nave es pan comido, pero ojo al af谩n recolector: ‘Super Mario Odyssey’ es el para铆so de los completistas y los exploradores. Por cierto, si tienes alg煤n amiibo podr谩s ponerlo a trabajar por ti para que te d茅 pistas sobre el paradero de algunas energilunas. Y te las se帽alar谩 en el mapa.
Explorar mucho. Recoger mucho. En otro juego esto podr铆a llegar a ser sin贸nimo de aburrimiento, de estirar el chicle. En ‘Super Mario Odyssey’ es la raz贸n por la que no querr谩s parar ni para comer.
No s贸lo vas a recolectar energilunas, claro: las monedas doradas te servir谩n para comprar trajes, sombreros y otros objetos en cualquier tienda, mientras que las monedas moradas son espec铆ficas de cada reino. A cambio, adem谩s de otras indumentarias, podr谩s conseguir pegatinas y otros recuerdos para decorar la nave. Algo que resulta extra帽amente reconfortante.
Cappy, la nueva compa帽era de viaje de Mario
‘Super Mario Odyssey’ se olvida de las setas rojas que agrandaban a Mario, de las verdes que serv铆an para obtener vidas adicionales (aqu铆 no hay contador de vidas, de hecho), de las flores para disparar bolas de fuego, de los disfraces para volar. Eso es el pasado. El presente es una curiosa gorra con vida propia llamada Cappy que le permite a Mario transformarse en multitud de cosas y seres.
Gracias a Cappy te conviertes en la bala, en la tortuga que lanza bolas de fuego, en el drag贸n que te permite volar, en el extra帽o y colorido ser que se estira y encoge emitiendo notas de acorde贸n, en un T-Rex. ¡Es una gorra que habla! Y no os puedo explicar exactamente la sensaci贸n que produce escuchar las extra帽as frases que suelta la gorra al ejecutar determinados movimientos. Ese es el nivel de detalle extremo al que puede llegar Nintendo.
Puedes lanzar a Cappy hacia adelante y hacia arriba. Puede orbitar alrededor de Mario durante un segundo para deshacerse de un grupo de enemigos. Es tan incre铆ble que, con un simple gesto del Joy-Con, puede impactar en un enemigo aunque no hayas apuntado demasiado bien. Te permite recoger monedas suspendidas en el aire para que no tengas que jug谩rtela ante un precipicio. Puedes dejarla flotando en un punto durante un breve espacio de tiempo para saltar encima y llegar a donde cre铆as que no pod铆as llegar. La gorra. Menudo invento.
¿Y los trajes? Los trajes, en esta ocasi贸n y en su gran mayor铆a, cumplen una funci贸n puramente est茅tica. Puedes vestir a Mario de troglodita porque s铆, porque te gusta c贸mo le queda esa ropa en un determinado reino. O de buzo, si te apetece. O de cient铆fico. Aunque hay una peque帽a vuelta de tuerca: existen estancias cerradas a las que Mario s贸lo podr谩 acceder si va vestido de una determinada forma. G谩state unas monedas en moda, nunca hab铆a sido tan divertido.
Y todo eso est谩 muy bien, pero nada es comparable a la sensaci贸n de ver por primera vez un nuevo reino, de salir de la nave y posar los pies en un territorio lleno de color y de vida repleto de rincones por explorar. Recuerdo estos momentos: mientras examinaba el terreno desde las alturas, mientras le铆a toda la informaci贸n relativa a cada reino que el juego te presenta como si de una gu铆a de viajes se tratara, me frotaba las manos, sonre铆a y me invad铆a una agradable sensaci贸n de alegr铆a. ¡La de cosas que iba a poder hacer!
Tambi茅n hay un modo foto. En el caso de que hacer una simple captura de pantalla sea insuficiente, todos esos bellos reinos de los que hablaba antes pueden ser capturados con algo m谩s de detalle gracias a esto. Vale, quiz谩s no tenga tantas opciones como en el modo foto de otros juegos, pero tiene filtros de consolas antiguas de Nintendo como la Game Boy o la NES. BOOM:
Super Mario Odyssey y su maravilloso dise帽o
Y hablando de cosas retro, otro de los detalles m谩s alucinantes de ‘Super Mario Odyssey’ es la existencia de zonas en las que el juego pasa a ser un 2D cl谩sico. Est谩n integradas en los reinos y el paso de las tres dimensiones a las 2D y viceversa es simplemente m谩gico. Y no quiero contaros mucho m谩s acerca de esto, pero hay al menos tres de estos pasajes en 2D que os van a volar la cabeza, en especial el que hay al final del Reino Urbano.
Un reino el Urbano que, y ya lamento tener que decir esto, ha acabado siendo el peor de todos en el terreno jugable. Lo hemos visto en muchos v铆deos, pero m谩s all谩 de la sorpresa inicial que nos produjo ha resultado ser el menos inspirado a nivel de dise帽o y el m谩s aburrido de todos.
El resto de reinos parecen creados no por dise帽adores, sino por aut茅nticos magos. Todos introducen nuevas mec谩nicas, a cada cual m谩s loca (¡esos p谩jaros picaparedes!), y tienen tantos rincones y secretos como estemos dispuestos a descubrir. Podemos completar un reino en una hora, enchufarle las energilunas necesarias a la nave y pasar al siguiente, o quedarnos dos horas m谩s investigando cada rinc贸n del mapa. Y siempre encontraremos algo escondido, algo que hacer, algo que recoger.
Por no hablar de los enemigos finales. ‘Super Mario Odyssey’ no es un juego especialmente dif铆cil, y cualquier jugador, independientemente de su nivel, puede finalizarlo en unas 15 o 16 horas avanzando sin prisas, pero si pausas. Completarlo habiendo recogido el 100% de las monedas y energilunas ya es otro cantar. Ah铆, como dec铆a al principio, el pozo de horas es profundo, profundo. Pero volviendo a los enemigos finales: Nintendo vuelve a demostrar que no es necesario subir mucho la dificultad en este tipo de enfrentamientos, sino crear bichos memorables. Imaginaci贸n y locura por los cuatro costados es lo que vas a encontrar. Te ser谩 f谩cil vencerlos, pero te lo pasar谩s en grande igualmente.
Ayuda que Mario se controle tan bien, claro, y adem谩s nuestro bigotudo amigo tiene un gran abanico de movimientos. La mayor铆a de ellos se llevan a cabo simplemente pulsando botones y se puede jugar tanto con los Joy-Con como con el mando Pro, pero cabe se帽alar que el juego ha sido dise帽ado para sacarle el mayor provecho con un Joy-Con en cada mano. Esto es as铆 porque hay determinadas acciones, como hacer que la gorra vuele alrededor de Mario en c铆rculos, que s贸lo se pueden realizar moviendo el mando de una forma determinada.
Tras haberlo probado de todas las formas posibles, lo que puedo decir es que con los Joy-Con separados va todo sobre ruedas, que con el mando Pro se puede hacer lo mismo aunque de forma algo m谩s aparatosa (no agitas s贸lo un Joy-Con, debes mover todo el mando), y que el modo port谩til es el m谩s inc贸modo para estos movimientos por razones obvias. Ojo, este tipo de acciones que requieren agitar los mandos no son imprescindibles en ning煤n caso. Por si os sirve de algo, yo lo he jugado principalmente con el mando Pro y no he tenido ning煤n tipo de problema.
El juego adem谩s cuenta con un modo para dos jugadores en el que uno controla a Mario y el otro a Cappy haciendo uso de un Joy-Con cada uno. De esta forma, cuando quien controla a Cappy decide irse por su cuenta, tiene libertad total de movimiento. Es decir: cuando es Mario quien controla a Cappy no puede separarse de ella m谩s que para lanzarla, pero gracias al segundo jugador la gorra puede moverse libremente por el mapa, saltar, golpear enemigos, coger objetos, etc. La sensaci贸n es un poco rara porque la c谩mara se queda con Mario, no se divide la pantalla al alejarse el uno del otro, pero no deja de ser divertido y una forma distinta de compartir el juego.
La opini贸n de Steam FaKe
‘Super Mario Odyssey’ es una nueva obra maestra de Nintendo. Y un gran homenaje a todo su universo (¿alguien ha dicho ‘Super Mario 64’?). Est谩 repleto de novedades jugables y est茅ticas, pero a la vez podemos ver en 茅l la suma de todos los t铆tulos que hemos disfrutado durante a帽os. Incluso de los cl谩sicos que, de forma directa, vamos a poder jugar gracias a todos esos pasajes en 2D que incluye el juego.
En cinco minutos de Super Mario Odyssey hay m谩s ideas interesantes que en otros muchos juegos enteros
La banda sonora de cada uno de los reinos es espectacular (mucha atenci贸n al tema que suena en el tramo final del juego, adem谩s de la ya conocida y excelente 'Jump Up, Super Star!'), en modo port谩til luce genial (y jugar a un Mario de los grandes como este en cualquier sitio es la monda lironda), el control est谩 pulido al m谩ximo, las animaciones son impecables, y el nivel de detalle es exquisito. Cuando est茅is jugando fijaos en las briznas de hierba que saltan cuando Mario camina sobre el c茅sped...
‘Super Mario Odyssey’ es la celebraci贸n del videojuego. Abrac茅mosla.
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